MOnSter 6502

La CPU que dio vida a muchos ordenadores y consolas de finales del siglo pasado ha sido recreada en un placa de unos 30 por 38 centímetros (unas 7000 veces más grande que el integrado original), con más de tres mil transistores, y con unos LEDs extra que permiten ver el funcionamiento en tiempo real. Sin embargo, debido a su gran tamaño sólo es capaz de funcionar a una frecuencia máxima de unos 60 kHz, lo que hace que no pueda utilizarse a modo de demostración en un sistema clásico.